Decimos que “como bola de nieve†solo por referencia literaria, nunca hemos visto una rodar cuesta abajo tragando lo que a su paso encuentra, pero si podemos comparar a una ola creciente la violencia que hoy se apodera de nuestras vidas vÃa la prensa y la televisión. Asà nos enteramos esta semana del asesinato de la periodista rusa Anna Politkóskaya, notable por sus denuncias al sanguinario, corrupto y decadente régimen de Vladimir Putin. En el ascensor de su edificio la esperaba el verdugo de cuya pistola con silenciador salieron los cuatro tiros mortales. En la dolida Oaxaca dos encapuchados degüellan al maestro Jaime René Calva Aragón, aparentemente por negarse a acatar la huelga impuesta por su propia sección sindical. Vemos la foto de Kim Jong-il, dictador norcoreano y sin duda como todos ellos un narcisista, rodeado de sus jefes militares, enfundado el ceño en sus altos gorros de astracán, supervisando babeantes la instalación militar desde donde realizaron desafiantes la primera explosión nuclear de su recién inaugurado ingreso al exclusivo club nuclear, la última del planeta en 15 años y que, junto con su demás gasto militar, le cuesta a la nación asiática el 80% de su presupuesto. 25 millones de norcoreanos muertos de hambre, sin electricidad en sus casas, sin servicios médicos, con escasa educación, festejan eufóricos los logros de su Querido LÃder, como se hace llamar el dictador de marras.
En Gerona, un hombre de profesión pintor de brocha gorda, cansado de discutir con su esposa la rocÃa con gasolina, le prende fuego y la tira por el balcón consiguiendo su objetivo: librarse de ella para siempre. Detrás salta el agresor, quizá en un acto final de arrepentimiento.
Igual nos enteramos en la semana de la muerte, aunque esta de manera muy natural a sus 73 años, de Mario Moya Palencia, Secretario de Gobernación al que no tocó la magia premonitoria cuando los pre-ungidos se fogueaban en los entretelones del Palacio de Bucareli y desde donde solÃan dar el salto a la sillota cuando recibÃan el “dedazoâ€, acto culminante posterior al trance en el que caÃa el “preciso†en turno para escoger quien le cubrirÃa la retirada. Aunque Moya no fue presidente de seguro se llevó con él sendos testimonios y complicidades de aquella tarde del jueves de corpus de 1971, cuando frente al Cine Cosmos hubo tanto muerto.
De la galerÃa de los casi muertos. El vice-dictador cubano Raúl nos informa que el mero mero de la isla “tiene un teléfono y lo usa cada dÃa másâ€, esto para ser interpretado como inequÃvoco signo de que el hermano mayor no ha abandonado este valle de lágrimas. Casi podemos asegurar que el costo de sus llamadas van con cargo a la embajada de Venezuela desde donde, para seguir contando con petróleo regalado, Fidel tiene que aguantar el pesado y jocoso humor de su autonombrado alumno caribeño.
En Bélgica los ultra conservadores ganan terreno y al igual que nuestros vecinos utilizan la inmigración para ganar votos. Los belgas, flamencos para mayor ubicación, prometen como programa de gobierno impedir la inmigración en el futuro y exigir total asimilación a la cultura, idioma y sociedad de los actuales residentes no comunitarios. Nuestro vecinos, menos complicados o más pragmáticos como los conocemos, se gastan una lanota para construir una mega doble barda en la frontera, con ello dan trabajo en la zona colaborando asà en mantener activa su economÃa. El muro, que de seguro superará al desaparecido de BerlÃn, pretende cerrar el paso al rÃo humano que fluye desde el sur y ser al mismo tiempo icono en boga para mantener a quienes alguna vez llamamos primos, atemorizados frente a la amenaza en que nos hemos constituido los hispanos. En ambos paÃses se esgrime la limpieza étnica como panacea para asegurar la propia sobre vivencia, bendita democracia.
Otro tipo de violencia, pero pacÃfica. Los sobrevivientes de las brigadas internacionales, aquellos que hace setenta años llegaron desde más de 50 paÃses a España para luchar contra el fascismo, recibieron homenaje en el congreso de los Diputados en Madrid y en la Generalitat de Catalunya. De estar vivo nuestro Octavio Paz ahà hubiera estado presente. En aquellos años Hitler en Alemania y Mussolini desde Italia, aprestaban sus instrumentos de guerra para ponerlos a prueba en la penÃnsula con el peregrino argumento de ayudar al chaparrito de voz tipluda, era la guerra del fascismo contra el pueblo español, la guerra del odio por lo diferente y del miedo a la vida, del “muera la inteligencia†como bandera.
Fui a Guanajuato al Cervantino, en el quiosco del Parque Juárez aplaudimos un concierto de marimba. En el Teatro Degollado de León cuatro D J’s redujeron mi capacidad auditiva a punta de decibeles y en el Hotel San Gabriel Los Folcloristas, si aquellos de las casas de cartón y la madres latinoamericanas pariendo guerrilleros, me llevaron en el túnel del tiempo hasta la victoria siempre y con el pueblo unido. Imbuido de fervor revolucionario, tan de moda hoy, recordé este poema de Mario Benedetti a propósito de inmigraciones voluntarias o forzadas, colofón a estás desesperanzadas lÃneas.
Pero vengo
Más de una vez me siento expulsado//y con ganas//de volver al exilio que me expulsa//y entonces me parece//que ya no pertenezco//a ningún sitio//a nadie
¿será un indicio de que nunca más//podré no ser un exiliado?//¿que aquà o allá o en cualquier parte//siempre habrá alguien//que vigile y piense//éste a qué viene?
y vengo sin embargo//tal vez a compartir cansancio y vértigo//desamparo y querencia//también a recibir mi cuota de rencores//mi reflexiva comisión de amor
en verdad a qué vengo//no lo sé con certeza//pero vengo
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